Resumo: | Desde hace ya un cuarto de siglo nos juntamos a cenar los martes en un restaurant cercano a Tribunales. Elegimos el lugar porque estaba cerca de nuestras oficinas y no muy lejos de los barrios donde vivíamos la mayoría. Ahora algunos trabajan o viven más lejos, pero siempre hay una excusa para combinar un trámite, un curso o la compra de alguna vestimenta o aplicación tecnológica con la cena de la banda. El día martes está en general exento de compromisos familiares, casamientos, partidos de fútbol u otros impedimentos para la reunión de amigos, salvo en diciembre por la necesidad de acomodar las despedidas de año en los diversos colectivos que integramos individualmente. Por eso las reuniones se cortan poco antes de las fiestas y las reiniciamos en febrero, cuando empezamos a volver de las vacaciones. Somos siete; rara vez nos encontramos todos, pero nunca hay menos de cuatro, lo que garantiza la amenidad impersonal que nos atrae de los encuentros. |