Description
Abstract:Los hippies argentinos no quemaban sus cedulas de identidad para escapar a ninguna guerra, ni siquiera al servicio militar que fue obligatorio durante la mayor parte del siglo pasado. En realidad, el hippismo criollo e incluso el rock, más allá de alguna imprecisa mitología, estuvieron de hecho disociados de los movimientos políticos juveniles de los sesenta y setenta (recuérdese el contundente y hoydiscretamente olvidado https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81no somos putos, no somos faloperos, somos los bravos, los bravos montoneros https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81). Lo que genéricamente se conoce como hippismo en Argentina está más o menos concentrado en dos localidades muy distantes entre sí, el patagónico Bolsón de los Cerros y la cordobesa San Marcos Sierras, y es en realidad una superposición difusa del hippismo realmente existente en el verano del amor de 1967 en San Francisco con los ecos locales del rastafarismo jamaiquino, corrientes espiritualistas de referencia brahmánica o budista, vegetarianismo, avistadores de OVNIS y porteños que en sucesivas oleadas han huido del stress de Buenos Aires, replicando los movimientos de quienes 70 años antes eludían en cambio la tuberculosis.
Physical Description:5 páginas ilustraciones a color
ISSN:2346-9080