Resumo: | La vista de Turín desde el mirador de la Mole Antonelliana permite al observador de dos privilegios: comprender la implantación de la ciudad sobre el pie de monte de los Alpes y ver la ciudad sin la Mole Antonelliana. Quien prefiera la verdad a la consolatoria edición del paisaje puede experimentar una vista semejante (pero en este caso incluyendo a la Mole) subiendo a las colinas pre-alpinas a visitar la Basílica de Superga. En ambos casos comprobará la magnífica intuición de Julio Cesar en la campaña de las Galias, fundando la Castra Taurinorum en el último llano antes de la cordillera y sobre la orilla del Po: uno de esos https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81lugares predestinados https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 de los que hablaba Aldo Rossi citando a Eydoux. |