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|a El concepto de casa crecedera, tal y como lo conocemos en la actualidad, se acuñó por primera vez en 1932 en el concurso Das Wachsende Haus organizado por Martin Wagner y Hans Poelzig dentro del marco de la Exposición Internacional Sonne, Luft und Haus für alle, promovida por la Oficina de Turismo de la ciudad de Berlín. En dicho concurso, se definía este tipo de vivienda como aquella célula básica o vivienda semilla que, dependiendo de las necesidades y posibilidades de los habitantes, podía crecer mediante otras estancias, conformando una vivienda completa en sí misma en cada fase de crecimiento. Numerosos arquitectos de primer orden, tales como Walter Gropius, Bruno Taut, Erich Mendelsohn o Hans Scharoun, participaron en este concurso, abriendo una nueva vía de exploración dentro de la vivienda flexible, la del crecimiento programado. A partir de ese momento, en Europa, y subsecuentemente en EEUU y otras regiones desarrolladas, se iniciaron numerosas investigaciones teóricas y prácticas en torno al fenómeno del crecimiento en la vivienda desde un enfoque vinculado a la innovación, tanto espacial como técnica. Por otro lado, aunque dentro del marco de la arquitectura popular de otros países, ya se ensayaban viviendas crecederas desde el siglo XVIII debido a que, por su tamaño, eran más asequibles dentro del mercado. Desde los años treinta, numerosos países en vías de desarrollo tuvieron que lidiar con migraciones masivas del campo a la ciudad, por lo que se construyeron grandes conjuntos habitacionales que, en numerosos casos, estaban conformados por viviendas crecederas. En todos ellos, la aproximación al crecimiento de la vivienda se daba desde una perspectiva diferente a la de los países desarrollados. Se primaba la economía de medios, el uso de sistemas constructivos de bajo costo y, en muchos casos, se fomentaba incluso la autoconstrucción guiada, frente a las construcciones prefabricadas ensambladas por técnicos especializados que se proponían, por ejemplo, en los casos europeos. Para realizar esta investigación, se recopiló información de estas y otras viviendas. A continuación, se identificaron distintas maneras de producir el crecimiento, atendiendo a su posición relativa respecto de la vivienda semilla, a las que se denominó mecanismos de ampliación, utilizados indistintamente sin tener en cuenta la ubicación geográfica de cada casa. La cuestión de porqué se prefiere un mecanismo en lugar de otro en un caso determinado, desencadenó el principal objetivo de esta Tesis: la elaboración de un sistema de análisis y diagnóstico de la vivienda crecedera que, de acuerdo a determinados parámetros, permitiera indicar cuál es la ampliación o sucesión de ampliaciones óptimas para una familia concreta, en una ubicación establecida. Se partió de la idea de que el crecimiento de la vivienda está estrechamente ligado a la evolución de la unidad de convivencia que reside en ella, de manera que la casa se transformó en un hábitat dinámico. Además se atendió a la complejidad y variabilidad del fenómeno, sujeto a numerosos factores socio-económicos difícilmente previsibles en el tiempo, pero fácilmente monitorizables según unos patrones determinados vinculados a la normatividad, el número de habitantes, el ahorro medio, etc. Como consecuencia, para el diseño del sistema de optimización de la vivienda crecedera, se utilizaron patrones evolutivos. Dichos patrones, alejados ya del concepto espacial y morfológico usualmente utilizado en arquitectura por figuras como C. Alexander o J. Habraken, pasaron a entenderse como una secuencia de eventos en el tiempo (espaciales, sociales, económicos, legales, etc.), que describen el proceso de transformación y que son peculiares de cada vivienda. De esta manera, el tiempo adquirió una especial importancia al convertirse en otro material más del proyecto arquitectónico. Fue en la construcción de los patrones donde se identificaron los mencionados mecanismos de ampliación, entendidos también como sistemas de compactación de la ciudad a través de la ocupación tridimensional del espacio. Al estudiar la densidad, mediante los conceptos de holgura y hacinamiento, se aceptó la congestión de las ciudades como un valor positivo. De esta forma, las posibles transformaciones realizadas por los habitantes (previstas desde un inicio) sobre el escenario del habitar (vivienda semilla), se convirtieron también en herramientas de proyecto urbano que responden a condicionantes del lugar y de los habitantes con distintas intensidades de crecimiento, ocupación y densidad. Igualmente, en el proceso de diseño del sistema de optimización, se detectaron las estrategias para la adaptabilidad y transformación de la casa crecedera, es decir, aquella serie de acciones encaminadas a la alteración de la vivienda para facilitar su ampliación, y que engloban desde sistemas constructivos en espera, que facilitan las costuras entre crecimiento y vivienda semilla, hasta sistemas espaciales que permiten que la casa altere su uso transformándose en un hábitat productivo o en un artefacto de renta. Así como los mecanismos de ampliación están asociados a la morfología, se descubrió que su uso es independiente de la localización, y que las estrategias de adaptabilidad de la vivienda se encuentran ligadas a sistemas constructivos o procesos de gestión vinculados a una región concreta. De esta manera, la combinación de los mecanismos con las estrategias caracterizan el proceso de evolución de la vivienda, vinculándola a unos determinados condicionantes sociales, geográficos y por tanto, constructivos. Finalmente, a través de la adecuada combinación de mecanismos de ampliación y estrategias de adaptabilidad en el proyecto de la vivienda con crecimiento programado es posible optimizar su desarrollo en términos económicos, constructivos, sociales y espaciales. Como resultado, esto ayudaría no sólo a mejorar la vida de los habitantes de la vivienda semilla en términos cualitativos y cuantitativos, sino también a compactar las ciudades mediante sistemas incluyentes, ya que las casas crecederas proporcionan una mayor complejidad de usos y diversidad de relaciones sociales.
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