Sumario: | 2009 fue un año que entrañó para el Infonavit un reto de doble arista: por un lado, conforme estaba proyectado y definido en el Plan de labores y de financiamientos 2009, los esfuerzos institucionales se empeñaron en alcanzar la Nueva Visión que plantea mejorar la calidad de vida de los trabajadores de México y, por el otro, en reaccionar ante el complejo entorno que planteó la crisis económica mundial y su impacto en el país. Debido a la crisis de la economía mundial, en general, y a la de Estados Unidos, en particular, se detuvo en cierta medida el crecimiento económico en México, pues en nuestro país se registró una contracción récord, la más fuerte de los últimos setenta años, y entre las más intensas de 2009 en Latinoamérica, debido a la retracción del sector exportación, lo cual fue agravado aún más por el brote de influenza A (H1N1). Como se describe en el Plan financiero 2010-2014, los cambios estructurales derivados de la crisis impactaron al sector. La oferta de vivienda nueva disminuyó, al igual que la edificación de desarrollos por parte de las pequeñas y medianas empresas. Lo que se atribuye, principalmente, a la escasez de créditos puente. Por otro lado, la crisis también tuvo repercusiones en los hogares. La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) publicada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), estima que la tasa de desocupación pasó entre agosto de 2008 y 2009 de 4.15% a 6.28%. Por otro lado, el número de trabajadores asegurados en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) volvió a niveles observados al principio de 2007.
|