Resumen: | Desde la primera revolución industrial el espacio urbano se ha convertido en una suerte de laboratorio de pruebas y motor de inspiración para diversas generaciones de artistas; asimismo, la producción artística ha sido desde entonces una de las expresiones fundamentales que ayudan a que los urbanistas caractericen su territorio. Actualmente, es posible ver -por ejemplo- cómo algunas propuestas de arte contemporáneo avidencian cierto encanto por los vacíos urbanos, percibiendo a estos intersticios como sitios donde el desecho es un referente sugestivo, como lugares que provocan historias e incluso como soporte para piezas artísticas. |