抄録: | La ciudad se ha construido como la forma de organización hacia la que transita la sociedad moderna. En ella se encuentra la posibilidad de solucionar un sinnúmero de problemas de diversa índole aunque, al mismo tiempo, genera otros propios de una intensa dinámica entre los actores que se desarrollan en su interior. Ante este escenario, y considerando las estimaciones que apuntan hacia un crecimiento de la población urbana a nivel mundial de 50% en 2012 a 70% en 2030 (ONU Hábitat, 2012a) -siendo más significativo el incremento de los países en desarrollo-, resulta impostergable la transición hacia nuevos paradigmas que aseguren la sostenibilidad de las ciudades actuales y futuras. El agua, elemento esencial para el desarrollo de las personas y ecosistemas, debe ocupar un lugar central en esta reestructuración de la definición amplia de prosperidad de las ciudades, en especial, desde su ámbito de gestión, de lo contrario, se pone en riesgo la propia viabilidad del modelo urbano. |