Résumé: | Este artículo es uno de los resultados de un proyecto más amplio titulado "Monitoreo de metales y daño en la salud infantil de Yucatán", en el que se seleccionaron niños de escuelas públicas, que salvo algunas excepciones pertenecen a familias pobres. El estudio se llevó a cabo en Campestre Flamboyanes, Chelem y Chicxulub del municipio de Progreso; Mérida y Ticul, capitales de municipios homólogos. Cada una de estas localidades tiene particularidades en cuanto a composición demográfica, historia y actividades económicas que se reflejan en las condiciones habitacionales. Entre los resultados más significativos encontramos que las casas de Mérida tienen mejores condiciones pero también adolecen de hacinamiento. El déficit de espacios está en todas las localidades. En Chelem y Progreso, la cuestión de espacios y materiales es menos precaria, pero tienen el inconveniente de ser muy sucias. Las que tienen las perores condiciones en cuanto a número de habitaciones, materiales perecederos y poco confortables y servicios, son las de Ticul. En esta localidad en las viviendas funcionan talleres de zapatos, producción de traspatio y otros negocios que complementan la economía familiar.
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