Resumo: | Durante la década de los noventas una parte significativa de las grandes ciudades argentinas encararon la elaboración de sus planes estratégicos. Pasado cierto tiempo de estas experiencias es posible ponderar sus efectos, constatando si han contribuido a una mejor comprensión de la realidad y si han tenido capacidad de anticipar el desarrollo de determinados procesos. También resulta útil evaluar si la aplicación de este método ha permitido una efectiva participación de la sociedad local y si han derivado en acciones que impliquen transformaciones sustantivas de la estructura de la ciudad o de las condiciones de vida de sus habitantes. Por último, valdría la pena observar si estos planes logran convertirse en un eje de la acción de gobierno, si han logrado tener continuidad a través de los sucesivos mandatos, si han modificado el tipo de práctica de la sociedad política o si han contribuido a estructurar las reivindicaciones de la sociedad civil.
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