抄録: | La ciudad no dejará de mutar mientras exista: se expande, se concentra, se densifica, se vacía. Pero es en el centro fundacional donde se pueden advertir los genes de su verdadera identidad. Aun cuando todos los centros históricos occidentales coinciden en ciertos rasgos arquitectónicos y urbanos, independiente de sus coordenadas geográficas, cada uno de ellos carga con un conjunto de huellas esenciales que los hace únicos e irreproducibles. Cierto es que todas las trazas primitivas de las ciudades latinoamericanas arrancan del patrón común que imponen los colonizadores, pero paulatinamente van derivando hacia modelos particulares que terminan por hacerlas perfectamente identificables unas de otras. Así, Quito es claramente diferente a La Habana y Bahía guarda una gran distancia con Lima. Santiago, por su parte, todavía preserva algunos de los atributos que, en su esplendor -a finales del Siglo XIX-, otorgaron a su centro histórico algún grado de unidad |