| Abstract: | Según el Censo de 1980, el 46% de las viviendas de la Zona Metropolitana de la ciudad de México no era propiedad de sus ocupantes, contra el 57% diez años antes. La mayoría de los escasos comentarios que la investigación urbana ha dedicado a este hecho se centran sobre la simple constatación que los Censos sancionan una constante disminución de la vivienda de alquiler en la ciudad de México a partir de 1960. Este decremento parecería confirmar una opinión, que los voceros del sector inmobiliario han contribuido ampliamente a difundir en la opinión público, según la cual "nadie invierte" desde hace tiempo en la vivienda en arrendamiento. Según esto, alquilar una vivienda sería entonces una forma de alojamiento en vía de desaparición progresivamente sustituida por el acceso generalizado a la propiedad, lo cual constituiría el signo evidente del mejoramiento de las condiciones de vida de la población. El proceso de deterioro y sustitución de los viejos inmuebles colectivos de alquiler de bajo costo (las vecindades) en el centro de la ciudad, y la explosión de las colonias de autoconstrucción en la periferia, parecerían constituir las evidencias irrefutables de este ocaso de la vivienda de alquiler para las clases populares. Sin embargo, un examen más detenido del Censo de 1980 revela que, en cifras absolutos, el número de vivienda en renta sigue creciendo! Este fenómeno no es propio de una década: entre 1950 y 1980, el número de viviendas "no propias" se incrementó en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México de más de 707,000 unidades; o sea, luna tasa de incremento de más de 145%! Este sólo hecho amerita que la investigación urbana se detenga un momento para analizar con más profundidad la evolución histórica de la vivienda de alquiler en la ciudad de México. |
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