Resumo: | En Argentina el ajuste estructural de la economía -verdadero motor de la globalización- alcanzó su más profunda huella en la década de los noventa; y es a partir de 2002 que comienza una declinación de ese proceso mayormente negativo, con un panorama de recuperación de soberanía en la toma de decisiones, reactivación de la industria local, exportación agrícolaganadera sin precedentes, y una economía que no ha parado de crecer en los últimos cinco años a tasas superiores al 8%. Evidentemente ello tuvo sus consecuencias sobre las tasas de distintas pobrezas, y desempleo, que disminuyeron muy significativamente en todo el país. Sin embargo ello ha sido insuficiente, por la calidad del empleo, por los bajas salarios, y muy especialmente porque no hay evidencias que las transformaciones de la economía se reflejen en la sociedad y el ambiente con características estructurales más que coyunturales. |