| Resumo: | El espacio habitacional es producto de la práctica cotidiana, se construye no sólo en forma material sino, principalmente, simbólica, y da sentido e identidad a quien lo habita. El significado que la mujer y su familia otorgan a su vivienda se relaciona estrechamente con las condiciones habitacionales y con la experiencia vivida en el proceso de gestión pero, particularmente, con las características de la mujer, quien es la organizadora fundamental de la vida doméstica. Durante el proceso de gestión de la vivienda, las relaciones familiares se trastocan al descubrir las mujeres nuevas potencialidades que impactan su identidad. Las nuevas actividades y la diversidad de relaciones que la participación femenina enfrenta, motiva el establecimiento de una dinámica diferente al interior del hogar con los hijos y con el marido; pero, una vez que instalados en la nueva vivienda se retorna a la cotidianidad, las relaciones jerárquicas se reproducen en forma muy parecida a las que se experimentaban en la vivienda anterior |
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