抄録: | El crecimiento económico y el proceso de urbanización han sido los dos ejes fundamentales de un mal desarrollo que ha generado el desequilibrio regional, la desigualdad social y la degradación ambiental del país. Hasta ahora, los políticos y cientistas sociales han abordado el desarrollo regional fundamentalmente desde una perspectiva económica, como consecuencia de la sobredeterminación de estos procesos en las formas de producción y de ocupación del espacio territorial. Ciertamente los estudios regionales incluyen diversos abordajes, desde las historias políticas de las regiones y el análisis de las culturas locales, hasta, en los estudios más recientes, los impactos ambientales de la modernización del campo en diversas zonas del país. Sin embargo, las teorías económicas sobre los polos de desarrollo y la integración de las regiones a la economía nacional e internacional, ciertamente han concentrado mayor atención que los estudios sobre el ordenamiento ecológico del territorio. Con la crisis ambiental y el advenimiento del ecologismo, el desarrollo regional aparece bajo una nueva óptica, desplazado de su lógica economicista. El desarrollo regional ha pasado a incorporar estudios sobre el impacto de las actividades productivas, la implantación de tecnologías y la globalización económica sobre la degradación de los ecosistemas y sobre las condiciones de marginación y pobreza de los pobladores rurales del país. El desarrollismo ha empezado a ser cuestionado por sus impactos socioambientales y la descentralización económica empezó a conducirse bajo nuevas normas ecológicas y políticas de protección ambiental. |