Descrição
Resumo:No todas las ciudades son iguales, ni lo son todos los ciudadanos. Aún así, la dimensión del ocio es sin duda común a todos los humanos, independientemente del desarrollo que ésta alcance y el contexto al que se circunscriba. No obstante el contexto es un eje determinante de la vivencia del ocio, si bien la necesidad es propia del género humano, la forma de vivirla es una expresión cultural. ¿Qué pasa cuando el contexto para el ocio son cotos cerrados? ¿O cuando la experiencia es sustituida por el consumo? ¿o cuando es vista como un asunto negativo, propio de la inmoralidad? Bertrand Russell en 1932, en su ensayo Elogio de la ociosidad, destacaba la importancia del ocio en las ciudades modernas; Platón lo hizo en su momento, Huizinga decía que "al conocer el juego se conoce el espíritu", y Marx lo veía como el sentido de toda revolución social. Muchos se han preocupado del Ocio y, sin embargo, sigue siendo un tópico difícil de abordar y que genera sentimientos que van desde lo negativo hasta lo más esencial del desarrollo humano. Y sí, así es, el ocio comprende una dimensionalidad negativa y otra positiva, pero es sin duda un abordaje positivo lo que permite a los sujetos hacer conciencia de su importancia y hacer una gestión personal y social adecuada. Este trabajo aborda las características teóricas del Ocio Humanista y la manera en que las ciudades modernas lo configuran, pasando de la experiencia subjetiva individual a las posibilidades sociales brindadas por ciudades como Guadalajara. Sitúa al ocio como un fenómeno humano, que no depende del trabajo, ni del nivel socioeconómico o de una categoría antropológica de tiempo. Un fenómeno interdisciplinar que las ciudades deben abordar desde el plano político, el económico, el arquitectónico y urbanístico, y particularmente desde el ámbito educativo. Se trata pues de un elogio sobre lo más humano y cuya reflexión pareciera por momentos que nos resulta ajena.
Descrição Física:páginas 85-96
ISBN:978-607-7761-18-1