| Abstract: | Debo confesarlo: hasta ahora no me gustaban demasiado las Bienales de Arquitectura, eventos de moda en nuestro medio. Llámese necedad o prejuicio, pero el convite a ocupar el rol de espectador pasivo en una mesa servida para el show business es una sensación que, por lo pronto, trato de evitar simplemente no participando. Disney Word o un recital de Madonna despiertan en mí el mismo interés, una vaga curiosidad por explorar el costado social más frívolo y porque no el de mi propia personalidad. Si hay que definir un sentido a lo que hacemos probablemente sea por el camino contrario a estos mega eventos con personajes estrellas https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81atractoras https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 en mega estadios, con megapresentadores y publicidad por doquier. Por otra parte, lo que puede haber de intercambio o de puesta en común del https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81estado del arte https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 tiende a quedar subsumido por el costado más exitista de nuestra profesión. Estos eventos en general son autistas. Como un https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81juego del hambre https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 en versión arquitectónica, parece que aquellos elegidos para participar pudieran vivir su minuto de fama, para volver, cuando las fuertes luces del espectáculo se apagan, a una gris existencia profesional signada por la economía y las dificultades de trabajo. |
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