| Abstract: | El negocio político del FPV y el PRO en Buenos Aires es como el catch televisivo: los partidarios alientan a su favorito y denuestan al oponente, y los protagonistas simulan pelearse, pero acuerdan desde antes cuáles serán sus roles, quien ganará cada partida, que golpes se darán y cuál será el lucimiento particular de cada uno. Todos hacen negocio, porque el negocio es mantener contentos a los respectivos partidarios, convencerlos de que sus deseos tienen buenos intérpretes y tener enfrente a otro que haga lo mismo con los suyos y sea creíble como https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81adversario https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81. Tancreíble que cuando se necesite acordar (para acordar siempre hay tiempo) a nadie se le ocurra pensar que se han cambiado los discursos. |
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