Resumen: | Mar del Plata había cambiado muchísimo desde que Doménico Adelli, luego de trabajar más de cuarenta años en la construcción y convencido de que ya no eran tiempos para su pequeña empresa, se fuera a vivir a Buenos Aires en el año 1984, para intentar un nuevo negocio con su primo Giorgio. Esta ciudad, que también él sentía en una pequeñísima parte como obra propia, había nacido a mitad del siglo XIX, como un saladero de carne vacuna y un pequeño puerto que fundó el portugués José Coelho de Meyrelles, con la idea de mejorar el intercambio comercial con Brasil. |