| Résumé: | Montevideo es la ciudad ideal para Levi Strauss. Digamos que la ciudad teje en forma muy coherente una trama de relaciones, tanto entre pequeños detalles entre sí como con los grandes temas urbanos. Relaciones que, más allá de las épocas y los estilos, a lo largo del tiempo terminan conformando un fuerte discurso unitario que, más que evitarla, se alimenta de una constante diversidad. Permite percibir el potencial de la inteligencia colectiva cuando esta se ejerce libre y continua a lo largo del tiempo. Creo que el origen de todo está en el soporte geográfico. El sencillo y contundente encuentro entre la horizontal de un mar-río infinito con unas suaves pendientes en tierra es la clave. Un horizontal contra una delicada ondulación. Estas ondulaciones conllevan una precisa identidad: son suaves, pero distinguibles (con claridad) de la horizontal; también tan calmas y descansadas que no hay solución de continuidad entre ellas. En contraste con las costas argentinas, no solo son curvas en vertical, sino también en planta, dando origen a bahías que empiezan y terminan. |
|---|