Resumen: | En un bello texto, Eric Hobsbawm recorrió la historia de Inglaterra desde el siglo XIII hasta el XX para exponer como los derechos políticos y sociales para todos habían sido conquistados gradualmente por las luchas de las clases populares, subordinadas y explotadas por los dueños de los bienes productivos y por la mayoría de los gobernantes. Marx y Engels proclamaron https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81socialismo o barbarie https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 en el siglo XIX y vieron en la burguesía a los protagonistas de una revolución industrial que enriquecía a una minoría y mantenía en la pobreza a la gran mayoría. Pero la resistencia de los trabajadores les convertía en la fuerza civilizatoria portadora de más libertad e igualdad. Más tarde, en América Latina, Sarmiento retomó y modificó la consigna, https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81civilización o barbarie https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81. Percibió en la sociedad urbana, el Estado democrático y la educación pública la victoria sobre la barbarie. El llamado Estado del Bienestar fue un avance popular y ciudadano que esbozaba una síntesis de ambas proclamaciones. Pero los progresos fueron precarios y las crisis cíclicas provocaban regresiones de los derechos sociales y políticas en detrimento de las clases populares y medias. |