Abstract: | El benigno y paradójico nombre de https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81urbanizaciones https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 se usa para designar la modalidad de crecimiento que caracteriza a Ciudad Juárez en las últimas décadas, cada vez más lejos del centro histórico y los bonitos barrios que lo rodean. Son parrillas inmensas de casitas que se extienden sobre el desierto (o lo que es peor, sobre tierras alguna vez fértiles y productivas) en una dura metáfora de lo infinito. No son barrios, por tanto no son ciudad. Cada una abarca centenares o miles de casas bajas, con pequeños patios, lejanas a todos los atributos que construyen la urbanidad; condenan por lo tanto a sus habitantes a depender del automóvil privado o al aislamiento. El auto (el carro) no es tan difícil de adquirir una vez se ha conseguido un trabajo. El transporte público se reduce a unos rudos autobuses de aspecto antiquísimo, aunque recientemente comenzó a extenderse una incipiente red de BRT. La trama urbana está así determinada por una red basada exclusivamente en https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81Su Majestad El Carro https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81. Las veredas son escasas y mezquinas, los parques y plazas adolecen de un deficiente mantenimiento. |