Résumé: | La ciudad de Santa Fe no resulta ajena a los efectos de la desigualdad social y polarización territorial, como consecuencia del proceso de reestructuración económica y política que tuviera lugar en la Argentina desde finales del siglo XX, efectos que se han agravado en los últimos años. Esta fragmentación socio-urbana se evidencia principalmente en la cobertura y acceso a los servicios básicos. En este sentido, y dado que en muchos sectores el crecimiento urbano se concretó sin la debida planificación urbanística y acompañamiento de políticas públicas, distintas zonas de la ciudad carecen de la infraestructura básica que permita acceder a ellos. Es importante tener en cuenta que entre 1991 y 2010 la ciudad de Santa Fe creció un 12 % en habitantes pero un 48 % en superficie (Secretaría de Asuntos Municipales de la Nación, 2015). En consecuencia se tendrían que haber ampliado las redes de infraestructura en ese mismo porcentaje para absorber un crecimiento real de la población cuatro veces inferior. Resulta evidente que durante ese periodo no se construyó toda la infraestructura necesaria, lo cual resulta un desafío casi imposible de alcanzar si no se ponen en juego variables que promuevan un modelo alternativo de urbanización. |