Abstract: | Podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ninguna otra parte del territorio de a República Argentina ha sido tan devastada en términos ambientales, por a acción humana como la Cuenca Matanza Riachuelo (CMR). Y podemos afirmar también que nunca la humanidad ha fracasado tanto y tantas veces a lo largo de más de dos siglos en reparar el daño que han causado sus actividades como en el caso mencionado. No habíamos terminado de liberarnos de España, en plena guerra de la Independencia, y el Riachuelo ya era un problema desde el punto de vista ambiental, de acuerdo con los parámetros de la época. En 1810, la Primera Junta encomienda los primeros trabajos de canalización del Riachuelo y, producto de la aparición de hedores y sustancias en descomposición dada la localización de saladeros y curtiembres, la Asamblea del año XIII ordena la expulsión de dichas actividades de las márgenes de éste. Algunos (pocos) años después, en 1822, siendo Rivadavia Ministro de Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, se refuerza esta prohibición ordenando dejar 40 varas (unos 33 metros) libres sobre las márgenes. No obstante, la actividad de saladeros, jabonerías, curtiembres, etc. alojadas entre el actual Puente Pueyrredón y la desembocadura no cesaría en su permanente degradación, como continúa ocurriendo hasta nuestros días. |