Resumen: | Las situaciones de crisis dejan al descubierto con su anomia estratos y problemáticas que la normalidad oculta. Comprenderlas implica una arqueología social, es decir, excavar en los sustratos de su caos. En las últimas semanas nuestras cotidianeidades se alteraron por la contingencia del Coronavirus COVID-19 modificando nuestros modos de vida, de trabajo y de socialización. Nuestras casas, nuestro espacio privado, se tornaron espacio multi-programático donde vivir, trabajar, descansar y recrearse, haciendo de la vivienda un espacio en tensión. Son evidentes las nuevas lecturas que exaltan el valor de los espacios intermedios, balcones, terrazas, patios y hasta las propias azoteas comunitarias, que se expresan como extensiones de lo urbano. En el contexto de aislamiento corporal, ya que solo nuestros cuerpos son los que no pueden encontrarse, lo social deriva en el mundo de lo intangible. Lo digital se evidencia como algo más que un mero proceso y se expresa como una semiósfera, un orden donde el mundo aparenta 'normalidad'. Estas líneas buscan bucear a través de esta normalidad aumentada por el recurso tecnológico, en especial acerca de cómo se llevan adelante los procesos de aprendizaje en la Arquitectura. Se busca generar interrogantes que colaboren a (re)pensar estas acciones frente a un contexto que, más que concluir, apenas está comenzando. |