Resumen: | Desde Babel, las torres tuvieron un papel fundamental en los procesos de localización, codificación y definición del ámbito de la ciudad. Este topos bíblico se tomó como metáfora de la soberbia, y se desarrolló en un sentido diferente en las grandes catedrales medievales, donde las altas construcciones eran un símbolo de la unidad de los creyentes y su cercanía a Dios. De este modo, las torres tuvieron diversas funciones y significados: para la defensa militar, como símbolo de elevación espiritual, como soporte para las telecomunicaciones o como demostración del poderío económico. La fascinación por las alturas es uno de los arquetipos más antiguos que pervive hasta el día de hoy en los monumentales rascacielos asiáticos; por eso sus transformaciones simbólicas forman parte de la memoria cultural y sus imágenes son ineludibles en el estudio de los paisajes y los imaginarios urbanos. |