Abstract: | En la vía Sacra y en las calles adyacentes se amontonaban las tiendas de lujo, y la gente pasaba curioseando sin querer nada, sin hacer nada, sólo esperando que llegasen las horas del espectáculo y de la apertura de las termas; recordemos el episodio del «pesado» que Horacio nos ha descrito brillantemente en su sátira; https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81ibam forte via [...] Sacra https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81. El episodio se repetía mil veces al día, todos los días del año, menos aquellos en los que algún trágico acontecimiento, en los palacios imperiales del Palatino o en el campo de los pretorianos, conseguía aún sacudir el ánimo túrpido de los romanos. Porque el Foro fue también a veces, durante el Imperio, teatro de acontecimientos sangrientos, pero fueron acontecimientos que se encerraron y se agotaron casi siempre en sí mismos a la vista del lugar donde se desarrollaron, y, se podría decir, de la ciudad misma» Ibam forte via sacra, la sátira número IX de Horacio, relata el encuentro casual e inoportuno (callejero) que tuvo el poeta con un paseante cargoso al que casi no conocía y del que no podía librarse; uno de entre tantos posibles https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81extraordinarios encuentros de la calle https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81, al decir de Roberto Arlt veinte siglos después. |