Resumen: | Bocaccio escribió el Decamerón en su retiro rural cuando la peste asoló Florencia; una vez pasada la emergencia, los florentinos volvieron y poco después protagonizaron la epopeya artística y cultural más influyente de la historia humana, el Renacimiento. Millones de personas viven en ciudades californianas ubicadas sobre la falla geológica de San Andrés, con plena conciencia del riesgo sísmico que las amenaza. Hiroshima, Dresde, Nueva Orleans, decenas de ciudades fueron reconstruidas en el último siglo a pesar de ataques devastadores o terroríficos desastres naturales que las habían derruido en pocos días, horas o minutos. Las grandes megacorporaciones de la tecnología digital anuncian drásticos planes de deslocalización laboral vía home working pero a su vez invierten fortunas en la economía locacional, en desarrollo urbano y mercado del suelo; hace unos días se anunció que Bill Gates es la persona que más superficie de uso agrícola posee en Estados Unidos. En el excelente documental https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81Supongamos que Nueva York es una ciudad https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81, de Martin Scorsese, Fran Lebowitz recuerda las palabras del entonces presidente Gerald Ford en ocasión de la quiebra de la ciudad en los setenta: Drop Dead. https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81¿Quién está muerto ahora? https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81, se pregunta irónicamente la escritora. Nueva York superó también el atentado del 11 de septiembre de 2001, cuando muchos auguraban el fin de las grandes ciudades como locaciones empresariales. Parafraseando la ácida aclaración atribuida a Mark Twain, los rumores sobre abandono y muerte de las grandes ciudades parecen ser exagerados. Dos factores dificultan esa muerte sobreanunciada: |