抄録: | Existen momentos en la historia humana dominados por procesos de profunda transformación y cambio, momentos determinantes, cuando se cierra un ciclo histórico y se generan las condiciones para otro ciclo que lo remplazará, momentos de bifurcación, en el sentido de Prigogine, en los que la incertidumbre domina el escenario, el presente se desintegra progresivamente y el futuro se manifiesta como una nube oscura e indescifrable (Ilya Prigogine. El fin de las certidumbres. Madrid: editora Taurus, 1996). Todas las evidencias disponibles indican que estamos viviendo un período de transformación y cambio acelerado. Los indicadores accesibles demuestran con riqueza de detalles el agotamiento progresivo de la civilización moderna. Todos los elementos determinantes del mundo moderno están desapareciendo y la humanidad está en camino a un nuevo ciclo de la civilización, cuyo perfil y verdadera naturaleza no estamos en el presente estado de cosas en condiciones de comprender. Esta es una cuestión importante que debemos considerar cuando observamos el derrumbe de las estructuras del edificio económico construido desde la mitad del siglo XX, acaecido durante los últimos meses de 2008 y los primeros meses de 2009. La crisis financiera puede ser interpretada como un elemento más para reforzar la idea de que estamos viviendo un momento histórico de rofundas transformaciones de largo plazo, cuyas ramificaciones se extienden mucho más allá de la dinámica de la economía global. |