Resumen: | La visibilidad de los conventillos y los conflictos que dentro de ellos se manifiestan (inmigración desarraigo, lucha por el sustento, convivencia forzosa de nacionalidades distintas, temor al desalojo y la falta de trabajo) también encontrarán su lugar en la literatura y el teatro (El desalojo, 1906, de Florencio Sánchez; El conventillo, 1917, de Luis Pascarella; El conventillo de la Paloma, 1929, de Alberto Vacarezza). Por otra parte, también es en este momento que empieza a sentirse a nivel local el Movimiento Reformista, que propone mejorar las condiciones de vida de los sectores más postergados de la sociedad, no apelando a argumentos ligados a la misericordia o la justicia, sino para evitar las posibles consecuencias de una reacción violenta de los que nada tienen, negando el carácter inevitable de la lucha de clases y proponiendo entonces la posibilidad de construir una convivencia armoniosa entre el trabajo y el capital. |