Abstract: | Hace años, los colectivos porteños hicieron famoso al filete, una técnica pictórica basada en la filigrana, los colores vivos y la temática gauchesca o tanguera, que adquirió con el tiempo un carácter distintivo en el paisaje urbano. Crease o no, los colectivos dejaron de filetearse por una ordenanza municipal que prohibió su uso en los medios de transporte público. Así, los autobuses urbanos pasaron en pocos años de la estética del filete a la estética del Cartel de Buenos Aires, que es la que ostentan en la actualidad: gigantescos afiches que recorren las calles haciendo su aporte a la estridencia publicitaria. En estos días, al menos los mensajes que pregonan tienen coherencia con su función urbana: reclaman la apertura de más carriles de circulación exclusiva para el transporte público automotor en las calles y avenidas de la Ciudad. |