Resumen: | La capacidad de resiliencia que muestra el país ante tan devastador desastre natural resulta en algunos casos sorprendente, aún para personas que han perdido a familiares. Pareciera ser que aceptamos una suerte de castigo de vez en cuando, una paliza de la cual sabemos que hay que levantarse; los letreros para que esto ocurra están por todas partes, un ¡fuerza Chile! es la consigna. Es claro que el país tiene fortalezas envidiables en algunos aspectos, pero también hay debilidades que en algunos casos son patéticas. Los saqueos posteriores a las primeras horas del terremoto son sin duda una herida abierta en el ser nacional. Hubieron saqueadores no sólo provenientes del lumpen y los sectores pobres de las ciudades, sino que también practicaron este deporte personas de los estratos más educados y altos de la sociedad, muchos encopetados ABC1 (clase alta) tuvieron sus cinco minutos de recreo. |