Resumen: | La banalidad de algunas de las torres que se están construyendo en Puerto Madero hace más evidente la calidad urbana del gran rascacielos de Buenos Aires: el edificio Kavanagh, frente a la Plaza San Martín. Han pasado 70 años desde su construcción; una feliz coincidencia aunó la voluntad rentística de una señora de la oligarquía argentina, doña Corina Kavanagh, la habilidad eclecticista del estudio de arquitectura Sánchez, Lagos y De la Torre, y un terreno excepcional (en el borde entre la cuadrícula fundacional de la ciudad y la barranca costera que sacude la llana monotonía pampeana). El edificio fue por varios años el más alto del mundo entre los construidos en hormigón armado, y es hoy uno de los más caros de la ciudad. Prescindiré de estos records mundanos para centrarme en lo que considero su cualidad excepcional: la adecuación al contexto geográfico y urbano desde la interpretación particular de una tipología arquitectónica. |