Résumé: | El viaje fue maravilloso y la fruición de los monumentos una delicia para los sentidos, al igual que el paseo por los barrios históricos. Pero no escribo estas líneas para transmitir mi experiencia estética, sino para comentar un contratiempo que me sucedió, y algunas otras cosas que desde mi doble visión exo-europea (la de mi origen suizo-ticinés, la de mi prolongada residencia latinoamericana), estarían señalando ciertas https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81zonas erróneas https://infonavit.smart-ed.mx/cgi-bin/koha/opac-retrieve-file.pl?id=4c2f8fbfe54e23aaaaef2035a05c8a81 de la Europa Comunitaria. Hablé del avión, por ejemplo, y no puedo dejar de decirlo: en los aeropuertos europeos se instaló el fascismo (o una variante de fascismo aeroportuario, para decirlo de una manera). |