Resumen: | Veinte argentinos mueren por día en accidentes de transito. Sin contar heridos. La cifra es catastrófica, aunque su carácter de goteo permanente habilita un perverso acostumbramiento al que se naturaliza, bien como una fatalidad inevitable, bien como un hecho tan multicausal que, al no tener soluciones fáciles, justifica y refuerza la aceptación y la anomia. Inversamente, entendemos que hay responsabilidades básicas de las políticas públicas, responsabilidades que muchas veces se invisibilizan por la amplia confusión entre gobierno y estado. |