Sumario: | Después de un largo periodo de disminución de las acciones y políticas nacionales del sector habitacional en Brasil, en el año 2003, con la creación del Ministerio de las Ciudades, se reanudó la producción de vivienda a gran escala. Sin embargo, al crearse el Programa Mi Casa, Mi Vida (PMCMV) en 2009, cambió la agenda de la nueva Política Nacional de Vivienda (PNH). Los principales constructores y desarrolladores tomaron el control de la producción de vivienda, dando prioridad a sus propios intereses; maximizar las ganancias en la construcción de proyectos de vivienda en detrimento de las necesidades y formas de vida de la población. Estas dinámicas que transforman constantemente los espacios de vida muestran el potencial de los pobres en la construcción y la readecuación de la vivienda y de la ciudad. A través de ellas se materializan sus expresiones del vivir -definidas aquí como el proceso continuo de las manifestaciones constructivas y de las aportaciones espontáneas-, realizadas por la población pobre en busca de espacios más adecuados a sus necesidades de espacio, materiales y simbólicas. Las obras y las acciones participativas desarrolladas por equipos multidisciplinarios junto con los pobres pueden ser una alternativa más eficiente a los problemas técnicos, a las subjetividades de la vida y a la representación ciudadana y a los derechos constitucionales. Por lo general, en el trabajo se asesoría técnica también se valora el potencial de la construcción autogestionada de los pobres, materializando sus expresiones del vivir. Este potencial, cuando está asociado con servicios multidisciplinarios de la asesoría técnica puede mejorar significativamente la calidad de los espacios de vida de la población como un todo. Contribuye a la construcción de un lenguaje y soluciones arquitectónicas y urbanas más consistentes con las diferentes realidades sociales, ambientales y tecnológicas brasileñas.
|