Abstract: | Cuando uno visita un museo que llama a la reflexión de lo construido a lo largo de la historia, los objetos exhibidos se cubren por espacios delimitados por fronteras que impiden la conexión sensorial y el contacto físico entre visitante y pieza. Lo mismo ocurre cuando uno visita alguna casa diseñada por algún arquitecto fundamental para la historial moderna que a lo largo de los años fue habitada por circunstancias extraordinarias y que con el tiempo se vuelve patrimonio. Este es el caso de la vivienda vernácula, los palacetes, las haciendas, las villas de Palladio, las casas funcionalistas de Le Corbusier y las más orgánicas de Wright, las casas de cristal de Johnson, Saarinen, Mies van der Rohe y los Eames o los ejercicios de la Bauhaus, el Wiesenhof, las Case Study Houses de California y las casas de Juan O'Gorman o Luis Barragán, entre otros ejemplos notables. La vivienda para los más desfavorecidos sigue siendo el reto de las ciudades; se estima que en México se requiere más de un millón de viviendas al año. La pregunta es por qué no estamos satisfechos con lo construido y por qué la vivienda se percibe como un problema o no como la solución al desarrollo del territorio. ¿Es posible que la idealización de ciertas estructuras construidas no se considere en el diseño de políticas públicas de vivienda o en la transición del render, al papel y la idea? ¿Es más fácil describir las bondades del bambú y la madera mientras se les escucha crujir o madurar con el paso del tiempo? ¿Los materiales que usamos para financiar vivienda son renovables y sostenibles? Al observar un muro de ladrillo se reconoce que el material es más eficiente y más aún cuando se deja intacto y a la intemperie. ¿La relación y mezcla de tipologías nos hace reflexionar sobre la monotonía de la construcción en serie? ¿Se puede demostrar que el confort térmico de una casa es un elemento fundamental para el habitar? ¿La ventana es una norma o una fuente de luz y ventilación? ¿La cimentación es la base o el umbral que hace contacto con el territorio? ¿La vegetación es ornamento o necesidad? Estas preguntas, indicadores y análisis históricos fundamentales para el Centro de Investigación para el Desarrollo Sostenible (CIDS) motivaron la creación de un laboratorio para diseñar y habitar 32 prototipos de vivienda con base en el ideal constructor del Infonavit cuando se crearon los "centros experimentales de vivienda" en los ochenta. El proyecto actual fue elaborado por el CIDS y MOS (Michael Meredith y Hilary Sample) e incluye un centro de bienvenida que alberga maquetas, planos, talleres, auditorio, comedor y biblioteca. Las viviendas ensambladas nacen de una convocatoria abierta con la participación de más de 400 equipos registrados en un padrón de especialistas interesados en la vivienda social y el territorio. La selección de 84 equipos conformó el programa "Territorio del habitante" a partir del cual se construyen 32 para el uso y difusión del laboratorio. El alcance abarca contenedor y contenido, es decir, el mobiliario interior como componente primordial del espacio habitable. Aprendamos a reducir riesgos, utilizar atlas, indicadores, datos, evidencia y otras cartografías de fuentes oficiales, así como los generados por el CIDS, como base para la planeación y desarrollo de soluciones de financiamiento para la vivienda y la planeación. El Infonavit cada vez más se posiciona como líder de investigación, vinculación académica, innovación y divulgación de conocimiento especializado en vivienda y ciudades sostenibles. |