| Résumé: | La política laboral no puede ser una acción residual o secundaria dentro de las políticas sociales. Ésa es la visión de la derecha, que considera a los problemas laborales como meros conflictos que hay que solucionar de cualquier manera. Esta concepción está ligada a la idea de que no hay que regular los mercados, incluyendo el mercado laboral, y que por lo tanto la intervención del Estado y los sindicatos es perniciosa. Por ello, no alientan políticas públicas ni ven con buenos ojos la participación organizada de los trabajadores para defender sus intereses. De ahí su insistencia en flexibilizar el trabajo, que no es otra cosa, según ellos, que quitar "trabas" para que los empleadores puedan administrar la fuerza de trabajo, venciendo las resistencias que la ley, las instituciones y las organizaciones laborales han creado en los últimos cien años para proteger a los trabajadores. |
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